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Sin importar qué dieta sigamos, cuánto ejercicio hagamos o qué estilo de vida hayamos adoptado, hay algo que todos debemos hacer siempre: tomar agua y mantenernos hidratados. Es indispensable para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, nuestra mente e incluso nuestra estabilidad emocional. Pero cuando estás en una dieta cetogénica, la hidratación se vuelve un asunto todavía más importante.
La deshidratación es uno de los efectos secundarios más comunes cuando empiezas una dieta cetogénica. Tu cuerpo empieza a cambiar y con él las necesidades que tiene. Con una dieta baja en carbohidratos, la necesidad de beber agua se vuelve más urgente, ¿por qué? porque los carbohidratos generalmente se encargan de retener agua y sodio en tu cuerpo. Cuando no hay carbohidratos, el cuerpo retiene menos agua.
Si no prestas atención a las necesidades de tu cuerpo, puedes empezar a deshidratarte poco a poco. Las señales de que esto está ocurriendo son muy claras: aparecen dolores de cabeza, te sientes cansado, siempre tienes la boca y la piel secas, y cuando la deshidratación es más agresiva, la fatiga se vuelve intolerable y empiezas a sufrir calambres y dolores en el resto del cuerpo. Una constante falta de agua, sobre todo cuando estás haciendo una dieta cetogénica, puede llevarte a experimentar un estado constante de dolor y cansancio crónico.
Desde la primera semana tienes que empezar a regular la forma en que bebes. De hecho, la primera semana suele ser la más retadora para muchos y es donde el agua de tu cuerpo empieza a experimentar fluctuaciones. Todos los cambios por los que estarás pasando mientras tu cuerpo empieza a hacer cetosis son normales, pero no por ello debes dejar de lado las recomendaciones, sobre todo la de incrementar la cantidad de agua que bebes.
¿Sabes cuál es la diferencia entre los que dicen que experimentan antojo de azúcar durante la dieta keto y los que no? La cantidad de agua que consumen, ya que por lo general estos antojos se dan por culpa de la deshidratación, pues de un modo u otro, tu cuerpo pide combustible.
El proceso que permite a tu cuerpo quemar grasa requiere de moléculas de agua. Eso quiere decir que si bebes lo suficiente, tu cuerpo quemará la grasa de forma más efectiva y rápida.
Durante la dieta keto, tus riñones harán un gran trabajo, así que beber agua los ayuda a que filtren toxinas innecesarias y a que se mantengan sanos y productivos.
Para que tu dieta cetogénica te haga sentir bien, entonces tienes que tomar más agua, por lo menos 2.5 y hasta 3.5 litros al día, dependiendo de cuánta actividad suelas hacer, tu constitución y cómo te estés alimentando. Si sientes algún síntoma como dolor de cabeza, fatiga, sueño en horas en las que no deberías dormir, labios o boca seca, entonces aprovecha para tomar agua. Hazle caso a las señales de tu cuerpo.
¡No dejes de hidratarte! Una de las claves del éxito de la dieta cetogénica está en cuánta agua consumes, así que lleva tu botella siempre contigo. Si aún no comienzas el reto keto ¡Regístrate aquí!
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Fuente de Tebas #2, Cancún, Quintana Roo C.P. 77500